O QUEIXO DO CEBREIRO CASTELO FUE DEGUSTADO POR LOS PRINCIPES

Los Príncipes comieron gallo al estilo Emilia Pardo Bazán

07.11.2010 Almorzaron en el Hostal de los Reyes Católicos, donde también probaron el queso do Cebreiro

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S.CUIÑA SANTIAGO

Doña Letizia y don Felipe saludando a la multitud que se congregaba en el Obradoiro, en el momento de su llegada al Hostal de los Reyes Católicos, donde almorzaron con un grupo de autoridades FOTO: Antonio Hernández
Doña Letizia y don Felipe saludando a la multitud que se congregaba en el Obradoiro, en el momento de su llegada al Hostal de los Reyes Católicos, donde almorzaron con un grupo de autoridades
FOTO: Antonio Hernández
"El gallo está riquísimo". Esta frase pronunciada por doña Letizia deja muy claro que los Príncipes de Asturias disfrutaron mucho con la comida preparada especialmente para ellos en el Hostal de los Reyes Católicos, que compartieron con un grupo de invitados entre los que se encontraban, el delegado del gobierno, Antón Louro; el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo; la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo; el vicepresidente primero, Alfredo Rubalcaba, los ministros José Blanco y Francisco Caamaño y el embajador de España en la Santa Sede, Francisco Vázquez.
Y es que para esta ocasión única, el Parador compostelano recuperó una antigua receta de la mítica escritora gallega Emilia Pardo Bazán: el gallo de pazo con berza y perdices en escabeche.
Eso sí, el plato fue ligeramente modificado, ya que las perdices se cambiaron por ostras, para darle un toque de modernidad. De hecho, don Felipe y doña Letizia insistieron desde un primer momento en que su menú estuviese elaborado con productos gallegos con denominación de origen y que fuera frugal y rápido. Según ha podido saber EL CORREO, el Hostal diseñó varios menús y los príncipes se decantaron, finalmente, por el que incluía la receta de la condesa Emilia Pardo Bazán, que también era la preferida de los responsables del Parador. De hecho, el plato del gallo despertó la curiosidad de los dos, y fue Louro el que les habló de la tradición de los gallos de corral.
Este menú de alta cocina gallega, también incluyó uno de los productos más típicos de la gastronomía de Galicia, y del Camino: el queso do Cebreiro, elaborado de un modo especial, porque la intención del Parador fue que toda la comida tuviese "un toque muy histórico, y que se recogiese la tradición gastronómica de la Ruta". Para acompañar estos productos, se escogieron una vinos blancos y tintos gallegos con denominación de origen.
En la puerta del Hostal los Príncipes fueron recibidos sobre la una del mediodía por el delegado del Gobierno, Antón Louro; el alcalde de Santiago, el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, y el director del Parador, Julio Castro Marcote. Además, fueron aclamados por la multitud que se congregaba en el Obradoiro.

GRAN RAPIDEZ. Debido a que los Príncipes tenían que asistir a la misa en la Catedral, la comida se desarrolló con más rapidez de lo habitual. Don Felipe y doña Letizia optaron por no cambiarse de ropa para la comida.
Así, el Príncipe de Asturias, que lució barba, repitió su traje oscuro, con camisa blanca y corbata azul, mientras que doña Letizia vistió el discreto traje de chaqueta y falda gris entallado con el que recibió al Sumo Pontífice en el aeropuerto de Lavacolla. Un traje, el de la Princesa, con una chaqueta ribeteada con apliques metálicos, y una falda con unos originales tablas plisadas en su parte delantera y trasera. Para el calzado, eligió unos zapatos de tacón de corte salón, de ante gris y con una ligera plataforma. Doña Letizia se decantó por llevar el pelo suelto, lo que combinó con un maquillaje muy natural.
Sus Alterzas Reales salieron del Parador a las 16.40 horas y se dirigieron a pie hasta el altar diseñado por Iago Seara. Letizia optó por ponerse un elegante abrigo color crema, atado con un cinturón, para acudir a la eucaristía, probablemente para resguardarse de las bajas temperaturas, zapatos malva y bolso de mano a juego. Por debajo del abrigo, se adivinaba una blusa rosa.
Una vez en el escenario, la Princesa examinó el folleto con los cánticos y oraciones de la misa, ya que tanto ella como don Felipe siguieron atentamente la liturgia. En la Comunión, Letizia se puso una bufanda del mismo color que el abrigo para combatir el frío y el Príncipe un abrigo oscuro. Con la misma indumentaria despidieron al Papa en Lavacolla.